El tiempo es un recurso que no podemos controlar y más bien, nuestras vidas giran en torno al tiempo, es por eso que la puntualidad es símbolo de cortesía educación y respeto, ya que el no ser puntual es no apreciar el tiempo de lo demás ni el propio.
La puntualidad es
una disciplina que cada uno se auto impone para poder cumplir con las
obligaciones, citas y deseos que previamente ha fijado. La puntualidad es algo fundamental
si se quiere conseguir un trabajo, una cuenta o un cliente. No obstante,
la puntualidad también es clave en nuestro día a día y es, además, un muestra
de nuestra palabra y compromiso con nuestro entorno y con las personas que nos
rodean.
La
falta de control sobre la organización del tiempo denota otro tipo de faltas,
desórdenes y perezas. En primer lugar, demuestra una falta de respeto por el
tiempo del otro y por su organización. También supone, a la larga, la pérdida
de prestigio y confianza, ya que se puede comprender una impuntualidad un día,
pero no se puede mantener la confianza en alguien que semana tras semana no
llega a tiempo.
Para
superar la falta de puntualidad y establecer una organización del tiempo
óptima, es positivo saber qué tiempo se necesita para realizar cada labor y
también saber terminar una tarea aunque el trabajo en sí no esté terminado.
Prolongar cada fracción de tiempo cuando queremos acabar un informe no nos
ayudará a llegar puntuales a la siguiente tarea ni nos garantizará la misma
calidad en el trabajo que estamos alargando porque nuestra atención y
preocupaciones ya estarán en otro lugar.
Por
ello, establecer sistemas de control puede ayudarnos a limitar el tiempo que
dedicamos a cada labor para así llegar a ser puntuales.
El hacerte
puntual no es solamente con decirlo, para poder corregir este error se necesita
mucha voluntad y sobre todo ser consciente de que no se es nada puntual, además
se necesita mucha responsabilidad, compromiso y disciplina.
El
volverte puntual no solo es poner las alarmas 10 minutos antes, llenar tus
agendas y programar recordatorios en tu Smartphone, todo tiene que ver con un
cambio de mentalidad y de actitud. Debemos ser conscientes de que toda persona,
evento o actividad que programemos tiene una importancia, por lo que tenemos
que considerar la hora acordada, las rutas de llegada, la hora de salida de tu
casa o donde te encuentres.
También
tienes que encontrar las causas que provocan la impuntualidad (falta de
interés, importancia, orden, egoísmo, pereza) con esto podrás ir forjando
herramientas para combatir las causas.
Ya
que tienes identificados estos pasos, puedes establecer un orden y delimitar
tus prioridades, ¿cómo?, Pues ahora si pones tus alarmas, programas
recordatorios e incluso pedirle a algún familiar, amigo que nos recuerde la
hora, o cómprate un reloj de mano.
Así
que ya sabes, no hay pretexto para llegar tarde, recuerda que el valor de la
puntualidad es una forma de hacerle a los demás la vida más agradable y nos
convierte en personas dignas de confianza
Fuente: Veritas
INFORMES:
Lic. Carolina Guerra Quijas
Coordinación de Bolsa de Trabajo
Tel. (477) 152 9000 ext. 9034
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