viernes, 19 de junio de 2015

¿RESPONSABILIDAD SOCIAL? SÍ, PERO PRIMERO CON TU GENTE


Este concepto antepone la formación del individuo en su entorno para tener un empleado productivo y más competitivo para su empresa. 

La responsabilidad social es una manera personal e íntima de asegurar una conducta recta y correcta de los individuos; se relaciona con el impacto que tienen sus acciones y decisiones en todo su entorno.
Es la conducta ética del ciudadano para consigo mismo y con su entorno, y va más allá del cumplimiento de las obligaciones legales. Está relacionada con la actitud en el hogar, con la familia, con los amigos, el medio ambiente, el trabajo, los vecinos y la sociedad.
Desarrollar al individuo significa apostar por la productividad y el crecimiento de la empresa. Desde su perspectiva, cuando la gente se hace responsable de lo que tiene que hacer no solo cambia la empresa, cambia su entorno, y cambia su comunidad. Para ello, establece tres pasos a seguir:

1. Concientizar

El trabajo es una labor de equipo, que no solo representa bienestar, sino una herramienta para cambiar y mejorar el entorno.
“Si tú nada más trabajas materialmente, si solo hablas de números, de responsabilidades y obligaciones, y no hablas de personas, sus fortalezas, debilidades y su entorno, entonces se vuelve una empresa hueca”.
“En la guerra se ocupa el 'Divide y vencerás', pero en las familias, en las empresas y en las instituciones debe practicarse una filosofía de 'Une y vencerás' y eso lo haces preocupándote por el de a lado, por tu equipo”.

2. Comunicar

En un trabajo se debe actuar por convicción, y no por coacción. Para hacerlo es importante que la empresa deje en claro cuál es el modelo de trabajo, un modelo en el que los altos directivos deben ser el primer ejemplo ante sus empleados.

3. Actuar

“Hay que empezar por tratar bien a la gente”. Si realmente asimilas la filosofía de tu empresa, entonces ejecútala. No se trata de ver letreros a lo largo de la empresa o en tu computadora, sino de llevarlos a la práctica a través de acciones visibles y que afecten directamente a tu equipo de trabajo y a tu comunidad.
¿Cómo evaluar? Cuando se arman estrategias para saber cuánto vendió o produjo una empresa, también debe evaluarse cómo se comporta un empleado, su actitud, y sus acciones. “Es una tarea permanente, no es de resultado definitivo”.
Muchas de las organizaciones se han olvidado de la importancia de un buen ambiente laboral. Perdiendo el objetivo primordial de vivir que es la persona, y se ha antepuesto los bienes materiales, la empresa o al gobierno, cuando lo más importante es la persona por sí misma. 
FUENTE: Alto Nivel

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