miércoles, 18 de junio de 2014

Los peligros de ser un mal jefe.

La relación negativa entre el jefe y sus empleados es algo que existirá hasta el fin de los tiempos, pues no existen relaciones perfectas, pero mediante la madurez y la experiencia (además de modular el carácter personal ) vamos adaptándonos y aprendiendo a convivir. 


Existen personas problemáticas que están imposibilitadas para llevar una relación armoniosa. Definitivamente no deben estar en tu empresa, ni como empleados y mucho menos como jefes. Un buen líder debe saber controlar un equipo, mantenerlo motivado y comprometido. "Es sencillo, el mejor líder es el que tiene más empleados comprometidos”, aseguran Jack Zenger y Joseph Folkman, directivos de la consultora Zenger/Folkman en un artículo del Harvard Business Review .

De esta relación pueden surgir muchos logros, al igual que enormes fracasos. Es curioso que algunos líderes pequen de prepotencia y falta de comunicación, y obstruyan el avance de sus propios intereses. Parece no tener lógica en un mundo donde las empresas buscan la permanencia de sus trabajadores. Sin embargo, abundan.

En un artículo reciente, Jim Clifton, presidente de la organización Gallup, reveló que el 60% de los empleados que trabajan para el gobierno federal de los Estados Unidos son infelices y no a causa de los bajos salarios, beneficios laborales deficientes o días de vacaciones insuficientes, sino porque tienen malos jefes.

Mal Jefe Mata Beneficio

Debemos tener cuidado con los malos jefes porque no importa cuánto se esfuerce la empresa por dar beneficios, –recompensas, estímulos, bonos, programas de salud y bienestar o algún otro–, se volverán inútiles, ya que los empleados seguirán sufriendo el mal ambiente de trabajo y por lo tanto, disminuyendo su productividad.
Además son muchos los estudios que confirman que todo buen jefe debería cultivar fuertes lazos con su capital humano, pues elevarán su compromiso, la satisfacción con el cliente y los ingresos de la compañía.

Renovarse o morír

Si tienes jefe comparte este artículo con él o ellos; si eres jefe, tienes dos opciones: creer que eres buen jefe o leer los siguientes consejos humildemente y saber si haces o no lo correcto.

Comunicación

Un buen jefe debe tener habilidades comunicativas, "ser jefe" implica mucha responsabilidad con su fuerza laboral: motivar, orientar, generar compromiso y pertenencia, y aumentar la productividad. Por lo tanto, la información debe fluir rápida y oportunamente para poder actuar y evitar daños o errores en los procesos.
Las discusiones deben existir en el sentido funcional, nunca estaremos 100% de acuerdo, así que ambas partes deben defender su punto, rebotar ideas y al final, llegar a un acuerdo mutuo con su debida justificación.
La peor respuesta que puedes dar como jefe es "se hace porque lo digo yo", seguro perderás credibilidad y autoridad, y el empleado no volverá a tener la iniciativa de participar y aportar sus ideas.
Una situación que debes evitar es permitir roces constantes sin hablarlo inmediatamente, porque el empleado puede estar a la defensiva por haber malentendido una reacción del jefe.

Diferencia de edades

Uno de los conflictos más frecuentes es ocasionado por el factor generacional, anteriormente la relación del jefe-empleado era más impositiva, ahora la tendencia es que el líder escuche a su equipo y tome en cuenta sus propuestas para mejorar sus resultados. El jefe no sólo debe dirigir o delegar, sino también participar en las tareas de la empresa, las nuevas generaciones trabajan con la idea de colaboración.

Corresponsabilidad

Saber diferenciar entre los errores del empleado y del jefe no es algo sencillo. Generalmente se trata de una corresponsabilidad, si existe buena supervisión (vigilar el trabajo sin presionar) las tareas se cumplirán en tiempo y forma. Si no se han logrado las metas planteadas debemos de actuar con honestidad y humildad para aceptar críticas y corregir nuestras fallas en el futuro, estemos de cualquiera de los dos bandos.

El Adiós Inevitable 

Evaluar que tanto el subordinado como el jefe estén en el puesto correcto no es tarea fácil. Si se llega a fracturar demasiado la relación o simplemente no cumple con las expectativas para la empresa, lo mejor es cortar por lo sano, es decir, quedar en buenos términos. Ambos necesitan buenas referencias y deben tratar de conciliar sus puntos de vista a la hora de tomar una decisión como el despido. 
Por último, nunca debemos de olvidar que la salud de una organización también consiste en las relaciones interpersonales y su mecanismo para resolver conflictos.






Fuente: elempleo.com

INFORMES:
Lic. Carolina Guerra Q.
Coordinación de Bolsa de Trabajo
01 (477) 1 52 90 00 Ext. 9034
carolina.guerra@ciceg.org


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